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Jocardi

La violencia de género

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25 DE NOVIEMBRE: DÍA INTERNACIONAL

CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

El 25 de noviembre fue declarado día Internacional contra la violencia hacia las mujeres en

el primer encuentro feminista de Latinoamérica, que se celebró en Bogotá en julio de 1981.

En este encuentro las mujeres denunciaron la violencia de género en todos los ámbitos de la

sociedad, los malos tratos y los asesinatos en el hogar, las violaciones, el acoso sexual, y la

violencia en general hacia las mujeres, incluida la tortura y abusos sufridos por prisioneras

políticas. Se eligió este día para no olvidar el asesinato de las hermanas Mirabal, tres

activistas asesinadas en 1960 a manos de la policía secreta del dictador Trujillo, en la

República Dominicana. El pasado año la ONU dio carácter oficial a esta fecha.

Las agresiones y asesinatos de mujeres aparecen a diario en nuestros periódicos, son tan

cotidianos que empiezan a asumirse como algo inevitable.Pero no hay nada de inevitable ni

de fatal en la violencia de género, y lo cierto es que no se está haciendo todo lo posible para

combatirla.

En 1998 se aprobó el Plan de Actuación de la Comisión Intersectorial de la Mujer del

Parlamento, que incluye numerosas medidas que no se están poniendo en práctica en la

mayoría de los casos. Estas medidas están repartidas en seis áreas de actuación:

v MEDIDAS DE SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN, destinadas a la

concienciación de la sociedad en general con la gravedad de este problema a través

de los centros educativos, medios de comunicación, etc.

v MEDIDAS DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN, que incluyen actuaciones para

formar a los distintos grupos de profesionales implicados en el tratamiento y la

prevención de la problemática derivada de la violencia de género.

v MEDIDAS DIRIGIDAS A LA CREACIÓN DE UNA INFRAESTRUCTURA

SUFICIENTE para dar cobertura a las necesidades que se plantean cuando se

producen agresiones: casas de acogida, pisos tutelados, unidades específicas de

atención en comisarias, políticas de discriminación positiva en el acceso a la

vivienda,etc.

v MEDIDAS DE ACTUACIÓN DIRIGIDAS AL ÁMBITO DE LOS SERVICIOS

DE SALUD: protocolos sanitarios a seguir en caso de agresiones, actuaciones de

prevención, etc.

v MEDIDAS LEGISLATIVAS Y JUDICIALES como turnos específicos de

abogadas de oficio, protocolo de coordinación con otros agentes implicados,

impulsar la aplicación de medidas de alejamiento, etc.

v MEDIDAS DESTINADAS A LA ELABORACIÓN DE ESTUDIOS

ESTADÍSTICOS Y DE INVESTIGACIÓN sobre la incidencia, frecuencia, formas

que adopta, y consecuencias que tiene la violencia contra las mujeres.

La aplicación real de estas medidas puede paliar situaciones muy graves que se están

produciendo, ayudando además a prevenir otras. Supondría también una respuesta a las

demandas que históricamente se vienen haciendo desde las organizaciones feministas para

solucionar este problema. Por todo esto debemos exigir a todos los gobiernos, central,

autonómicos y municipales que se tomen en serio este problema y se impliquen para actuar

de forma contundente para prevenirlo y atajarlo.

Pero debemos tener claro que la violencia de género no desaparecerá mientras no acabemos

con la discriminación que las mujeres sufrimos en esta sociedad. La violencia de género

existe porque existe una relación desigual entre hombres y mujeres. Hasta que las mujeres

no dejemos de ser ciudadanas de segunda clase no se acabará con este problema. Entrando

en el siglo XXI, las mujeres seguimos tristemente encabezando los porcentajes de pobreza,

menor salario, precariedad laboral y bolsas de paro. Nuestra presencia y representación en

la vida pública, en los puestos de responsabilidad, sigue siendo minoritaria, incluso en los

sectores donde somos mujeres principalmente, las trabajadoras. Mientras en el ámbito

privado, el trabajo de las mujeres en el hogar sigue siendo invisible, e infravalorado.

La violencia de género tiene un objetivo claro, el de inferiorizarnos y atemorizarnos para

ejercer sobre nosotras un control férreo que afirme el poder patriarcal. Consigue en muchos

casos paralizarnos, destruir nuestra autoestima y nuestra capacidad de reacción. Debemos

romper esta cadena que se nos impone, descubrir los mecanismos de opresión y acabar con

ellos. Debemos impulsar un debate social profundo para cuestionarnos todas las estructuras

que reproducen y mantienen esta situación de discriminación de las mujeres. Es necesario

que la coeducación sea una realidad en todos los tramos de la enseñanza y de la vida social

en general, para hacer desaparecer la discriminación y la exclusión que padecemos en

muchos ámbitos, dando paso a una igualdad real.

Es, por tanto, un trabajo de transformación social, intenso y cotidiano, el que tenemos por

delante, en todas y cada una de las esferas en las que nos movemos, para que el 25 de

noviembre deje de ser una fecha de necesaria reivindicación.

22 de noviembre de 2000.

Branca Guerreiro, por la Organización de Mujeres de la Confederación de STEs

 

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